jueves, 29 de septiembre de 2011

Quién lo hubiese dicho.

Y es cierto, quién lo hubiera imaginado, un martes trece, un día de mala suerte temido para muchos supersticiosos, ella era uno de ellos. Es más ese día había decidido no salir, pero su prima la llamó y sin planearlo salieron, sus pintas dejaban mucho que desear, era raro verlas así ellas siempre arregladas, pero ese día no, como mismo estaban por dar una vuelta, por cenar y hacer algo diferente, y ahí acabaron en medio de una plaza llena de gente, en una atracción donde se dejaron la garganta de tanto gritar, pero no de miedo sino de felicidad por volver a su desea niñez donde la disfrutaron mas que nadie. Y así como lo que parecía un martes trece lleno de mala suerte se convirtió en un día de muchas risas y felicidad, conforme iba pasando el tiempo ellas no sabían que hacer, tenían ganas de bailar pero en aquella plaza, si había gente pero no música, así que decidieron bajar a los bares total por un rato...Y por un rato, ese martes trece cambió mucho, más de lo que ambas esperaban. Mientras unos estaban poniendo una denuncia por robo, mientras otros dormían o jugaban a la play, ellas...Ellas estaban siendo felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario