domingo, 25 de diciembre de 2011

Recuerdo esas cenas de navidad como si fuera ayer, y bueno, si, en parte fue ayer, pero no las que recuerdo, las que recuerdo son 10 años atrás, esa en la que estábamos todos juntos, en las que subíamos las escaleras corriendo, incluso alguna que otra vez los escalones de dos en dos, apagábamos las luces y encendíamos las pequeñas vengalitas y recorríamos todo aquel pasillo dándole un poco de luz con nuestras cuatro sonrisas.
La verdad que esos momentos no tienen  precio, hecho tanto de menos esas navidades, no porque las de ahora sean malas ni muchos menos, sino porque me he dado cuenta que en estas fechas, justo en ese instante en el que todos estamos en aquella mesa falta alguien, falta él, si ese pequeño que nos volvía locos con sus cosas, el que tenía la capacidad de revolucionar a todos y de cagarnos un poco en él cuando se dedicaba a tirar los petardos en nuestros pies, solo para ver como sus tres primas salían corriendo...¿Pero las cosas cambian no dicen?

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