lunes, 25 de julio de 2011

Veinticinco.

Y me muero de ganas de que todos los días sean veinticinco, de que esté en ese lugar, de que aparezca por esa esquina con una sonrisa que tuviera tanta fuerza como para llenarme, de quedarme junto a él en ese parque, en ese banco, hasta incluso en ese portal, quiero que todos los días sean uno más con él. Uno de tantos, uno como los de antes, uno como los de hoy. Solo con él, solo contigo.

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