miércoles, 3 de agosto de 2011

Es, en momentos como estos en los que piensas en el tiempo perdido, en lo que te hubiera gustado hacer y no hiciste, en las cosas que nunca dijiste y ahora es tarde, en las miles de historias que quedaban por contar, en los días que nada más entrar por la puerta escuchabas "pero que guapa que estás",en esas tardes que pasabas los fines de semana, en esas anécdotas que permanecerán ya solo en tu memoria, pues la otra poco a poco ha sido borrada, porque sabías que ese día llegaría tarde o temprano y ahora te das cuenta que cada vez se acerca más la hora, que no hay tiempo para despedidas, que el tiempo juega una vez más en contra y no pone nada de su parte, que lo que un día querías escuchar nunca lo hiciste y lo que querías decir ya es tarde para hacerlo.
Por suerte, aun tu conservas tu memoria y tendrás el recuerdo de abrazos, besos, incluso discusiones, tendrás el recuerdo de una persona fuerte que a pesar de haber perdido lo que más quería siguió con su vida como si nada, haciendo frente e intentando evitar que los demás pudiéramos ver su sufrimiento, el recuerdo de alguien que hasta el último momento continua luchando.

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