martes, 3 de septiembre de 2013

No me arrepiento de luchar por lo que sentía, pero sí de luchar por quien por mí no sentía.

El tiempo pasa, las cosas cambian, y tan pronto como hace un mes me planteaba el seguir queriéndote, el considerarte mi amor de ahora, son todo pamplinas, y maldita la hora en la que esas palabras esas cosas se plantaron en mi cabeza. Cada día me sorprendes con algo distinto, y lo peor no es eso, sino que haces daño con todas esas mentiras que sueltas por detrás. Son barbaridades que tienes que ser muy ingenuo para poder creerte. Tengo poderes de pitonisa según tú, y ¿sabes? Ojalá fuese así, me hubiese ahorrado muchísimas cosas, y sobretodo muchas decepciones. Tuve la oportunidad de acabar con esto desde el primer momento pero no quise, quise creer en ti, en que esto fuese verdad, y me creí mi propia mentira. Siempre has seguido pensando en ella y yo jamás he estado en tu pensamiento, e imagínate, si no he estado en tu pensamiento en tu corazón muchísimo menos. Triste de mi. Te molestaba que te dijese que no dabas ni la mitad en nuestra relación que en la anterior, te molestaba que te pidiese más, pero como no te iba a molestar si no sentías nada. De último estabas haciendo las cosas para acabar con todo, pero se te olvidó que cuando algo me importa lucho con uñas y dientes. Y por ti luché, contra mi orgullo, contra mis pensamientos, contra todo lo que se me ponía en medio. Sin embargo tu, no quiero ni pensarlo. Si no veías un futuro conmigo, ¿por qué cojones estuviste siete meses a mi lado? ¿Por qué engañarme tanto tiempo? ¿No te importé ni un mínimo para que me fueses sincero?. Te juro que me duele por mucho que lo intente disimular. Has acabado con todas mis ilusiones, ahora mismo me siento vacía. Es cierto que no todo es por tu culpa pero todo lo has desencadenado tú.

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