domingo, 10 de junio de 2012

La lluvia duele.

Cada gota es como un puñal que poco a poco se clava en mi pecho, y parece que por ese motivo tarda más y más en llegar el verano, y con esto aumentan los días de lluvia, insignificantes gotas que quizás no consigan mojar el suelo cierto, pero mojan y consiguen empañar mis recuerdos...

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